Meditación, la guía practica y resumida de un amateur.

En algún momento de mi vida el estrés me dominó a tal manera que tuve el apoyo de ayuda profesional –llámele así a la intervención de una amiga– así que me permitió –obligó– a tomar algunas sesiones en su grupo de meditación Zazen, que en japonés significa sentarse en Zen o en concentración. La cual consiste, en resumidas cuentas, en enfocar la mente en la respiración.

Al principio no estaba muy segura, pero me explicó que era un método funcional, y, después de enumerarme los múltiples beneficios -que van desde reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, aliviar el insomnio, reducir la presión arterial, entre otros- decidí intentarlo.

Primero que nada debemos estar comprometidos con ello. No importa el horario mientras que sea el indicado para ti. Aunque no hay tiempo exacto, me recomendaron iniciar con 15 minutos, y con forme a la practica, ir aumentando.

Lo que te rodea también es importante. Debes tratar de hacerlo lo más cómodo posible, con la ropa adecuada y sin interrupciones. Aunado a esto se debe tener una posición cómoda y apropiada que pueda ayudarte a mantener el confort. Un pequeño truco que aprendí fue el mantener la cabeza ligeramente inclinada hacia delante con los dientes separados, ojos cerrados y el cuerpo relajado.

Pero lo más importante es entender el sentido de la meditación, sea cual sea tu motivo, tanto relajación o ayudarte a superar acciones negativas el meditar te ayuda a mantener en calma el cuerpo y alma y debes estar comprometido con ello.

A decir verdad los primeros días no estaba segura de lo que hacía, pero una gran ventaja de meditar en grupo fue que contamos con un guía, quien nos apoyaba en las posturas. Aunque también se puede meditar solo, la presencia de un guía mejora la experiencia, en este caso la posición de loto me resultó más difícil de lo que esperaba, pero nuestra guía siempre estuvo ahí para corregirme.

Al principio, mientras te acostumbras a mantener tu respiración, sin controlarla -lo cual no parecía ser mi fuerte y siempre tenía que iniciar de nuevo-. Además, los pensamientos llegan a tu mente y no puedes ponerla en blanco, lo cual es normal, no estamos acostumbrados a esto y es una buena oportunidad para dejarlos fluir –o al menos es lo que me dijeron a mi-. Pero la práctica hace al maestro, y poco a poco irás despejándote.

Un error común es clasificar a la mediación en diferentes técnicas, pero durante mis sesiones en grupo aprendí que no era así. Meditar es un estado del ser, por lo cual no hay una forma de lograr que una técnica específica sea la correcta, todo depende de las personas, y el grado de compromiso y desarrollo que ponen en cada una de sus practicas.