FATIGA CRÓNICA, LA ENFERMEDAD SILENCIOSA
El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC), también conocido como encefalomielitis miálgica o enfermedad sistémica de intolerancia al esfuerzo. Es un padecimiento que aún no se conoce bien. En el pasado se creía que venía de las emociones, pero en la actualidad es reconocida como un trastorno orgánico.
Entre sus causas podemos encontrar algunos retrovirus, enfermedades cómo la mononucleósis infecciosa o candidiasis, el abuso de antibióticos los pesticidas e incluso se ha asociado con el estrés postraumático.
Este síndrome puede afectar el sistema inmunitario, cardiovascular, neurológico, causa cansancio intenso, fiebre, sueño sin descanso, poca tolerancia al sonido y a la luz, dolor de cabeza, muscular y de articulaciones, sensación de estar agripado, faringitis crónica, dificultad para concentrarse, pérdida de memoria, desorientación espacial, intolerancia al estrés emocional y la actividad física.
Cuando se encuentra en un caso grave, puede generar cansancio profundo, dolor en todo el cuerpo, sensación de debilidad o frio, insomnio, pesadillas, sudoración, intolerancia al calor, migraña, vértigo, náuseas, diarrea, intestino irritable, inflación de vejiga y próstata, infecciones en vías urinarias, infecciones respiratorias, rinitis alteraciones hepáticas, problemas de digestión, taquicardia, incapacidad para permanecer de pie o de caminar por periodos largos.
Emocionalmente pueden mostrarse deprimidos, experimentando gran ansiedad y a veces con crisis de angustia al sentirse incomprendidos. Todos estos trastornos son consecuencia de la enfermedad y no al contrario.
Los diversos síntomas pueden confundir a los médicos, por eso el diagnóstico suele tardar mucho o ser mal diagnosticado, además no hay pruebas médicas para ello.
El enfoque general de un paciente con fatiga crónica incluye la realización de una historia clínica completa y un examen físico con especial atención en los síntomas, así cómo un examen del estado mental.
El tratamiento se centra en la identificación y alivio de los síntomas, los pacientes deben descansar cuando sea necesario y practicar técnicas de relajación. Por otro lado, hay evidencia que los pacientes que se han sometido a terapias cognitivo conductual impartidas por psicoterapeutas entrenados tienen efectos muy positivos.