DÍA DE MUERTOS, UNA TRADICIÓN PREHISPÁNICA
Los antiguos mesoamericanos creían que los rumbos destinados a las almas de los muertos estaban determinados por el tipo de muerte, no por el comportamiento en la vida, como en el caso cristiano. Por lo que de acuerdo a ello los difuntos llegaban a diferentes moradas:
Tlalocan: Para las muertes por agua.
Omeyocan: Para los muertos en combate o mujeres que morían en el parto.
Chichihuacuauhco: Para los niños, almas que regresarían a la tierra cuando se destruyese la raza actual
Mictlán: Para las muertes naturales.
Camino a Mictlán:
era tortuoso, se hacía en 4 años y se llegaba a Chicunamictlán, el lugar de descanso. Para recorrerlo el difunto era enterrado con un perro xoloitzcuintle.
El día de muertos es el tiempo en que las almas de los fallecidos regresan a casa para convivir con los vivos y nutrirse de la esencia del alimento en los altares.
Fusión de Tradiciones:
La celebración duraba 2 meses; el primero era la fiesta de los muertitos, en julio. En agosto, era la fiesta de los muertos grandes. Cuando llegaron los españoles a América trajeron sus propias celebraciones del Día de Muertos cristianas y europeas. Al convertir a los nativos del nuevo mundo se dio lugar a un sincretismo que mezcló las tradiciones europeas y prehispánicas.
Día de Muertos en México hoy en día:
Las costumbres varían según la zona, y de acuerdo a esto la conmemoración puede iniciar desde el 30 de octubre, pero, en general: El 1 de noviembre es dedicado a los niños fallecidos. El 2 de noviembre se dedica a los muertos adultos.
Datos:
8 de cada 10 mexicanos conoce está tradición y le es más importante que el Halloween. En todo México participan indígenas, mestizos, urbanos y campesinos.
La Ofrenda y sus elementos:
La ofrenda: se comparte con los difuntos el pan, la sal, las frutas, los manjares culinarios, el agua y, si son adultos, el vino.
Elementos indispensables:
El agua mitiga la sed de las ánimas
La sal es el elemento de purificación
Flores, adornan y aromatizan el lugar.
Velas y veladoras, la luz, es una guía para las ánimas.
Pan, representa el "cuerpo de Cristo".
Calaveras de azúcar, aluden a la muerte.
Cruz grande de ceniza, sirve para que el ánima expíe sus culpas.
Licor, se usa para recordar los grandes acontecimientos.
Incienso o copal, para limpiar al lugar de malos espíritus.