Shopahólicas: la adicción del capitalismo
Según el diccionario de Cambridge, una persona shopahólica es quien ama hacer compras y lo hace mucho. Desde ahí empezamos mal. Si nos vamos a la etimología se refiere a una persona adicta al shopping (las compras).
Éste ha sido un tema con referencias cómicas; las referencias culturales que tenemos respecto a esta adicción son las de una mujer joven y superficial sin interés en el mundo financiero. Hay películas y novelas al respecto (como Loca por las compras con Isla Fisher), personajes (como Carrie Bradshaw de Sex and The City) y en general es un término común en el día a día de miles de mujeres (y hombres también, pero más de mujeres).
¿Qué pasa? Al popularizar este tipo de términos y usarlos tan a la ligera, se normaliza algo tan serio como lo es una adicción. Ser shopahólica o padecer de oniomanía puede tener repercusiones importantes en la vida de las personas y no, no sólo las mujeres jóvenes, superficiales y adineradas pueden padecerlo.
Este comportamiento compulsivo lleva a las personas a comprar objetos que no necesita. Y vaya, todos compramos alguna vez algo por puro gusto, por el placer de disfrutarlo aunque no sea indispensable para nuestro día a día, pero las personas que padecen oniomanía no tienen control alguno.
¿Por qué pasa esto? La psicología nos habla del placer inmediato. Para las shopahólicas, realizar una compra aumenta todos los niveles de aquellas hormonas preciosas que nos hacen sentir felices, enamorades y con bienestar, de forma que esta compra se convierte lentamente en la única manera que tiene la persona para gestionar sus emociones.
Inmediatamente después de que cae el cargo en la tarjeta de crédito, una shopahólica siente alivio, pero la sensación dura cada vez menos y entonces hay que pasar la tarjeta de nuevo para sentir emoción, alivio, felicidad o placer de nuevo. Posteriormente la culpabilidad invadirá el estado mental de la persona seguida de arrepentimiento por el impulso.
¿Cómo saber si eres shopahólica? ¿Cómo se soluciona? ¿Cómo lo evitas? Mi respuesta millenial es: ve a terapia. Si te consideras propensa a cualquier tipo de adicción un terapeuta profesional especializado puede brindarte las herramientas para lidiar con el problema.
Para saber si tú o alguien cercano padece de oniomanía reflexiona si:
Compra solo y no adquiere las cosas por necesidad.
Hay un alivio de ansiedad a través de la compra.
A falta de compra siente ansiedad.
No estrena o usa lo que compra, sólo lo acumula.
Comienza a tener problemas económicos, familiares, malestar emocional, etc, y aún así es incapaz de frenar su consumo.
Sensación de insatisfacción y culpabilidad después de haber realizado la compra.
Irritabilidad y cambios de humor frecuentes.
¿Qué te vulnera a padecer de esta adicción?
Preocuparte demasiado por la apariencia física.
Tener una baja autoestima.
Hacer compras para cubrir carencias afectivas o vacíos internos.
Falta de límites en la educación
¿Como puedes evitar caer en esta trampa de nuestra sociedad?
Evita comprar en momentos de ansiedad.
Procura ir de compras acompañada.
Has un plan de compras; sal de casa con la idea o una lista de lo que realmente necesitas comprar.
Planea un presupuesto concreto.
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