Nostalgia, la fórmula secreta en ventas

La nostalgia es definida como un sentimiento de anhelo por situaciones del pasado, y a diferencia de la tristeza, se relaciona generalmente con aquellos momentos gratos, felices o inolvidables y la alegría que nos generan esos recuerdos.

Este sentimiento de añoranza que nos hace recordar lo vivido, se ha vuelto muy relevante porque ha resultado una fórmula infalible de la mercadotecnia para conectar sobre todo con los millenials, generación que en su mayoría están en sus treintas y muchos cuentan ya con capacidad económica y adquisitiva.

Y es así como a través de comerciales, programas, series, películas y productos de consumo se genera este sentimiento entre los consumidores, y es la nostalgia lo que genera expectativa, emoción, intriga y una conexión muy poderosa con estas producciones mediáticas.

Y es por ello que retomar o revivir personajes, melodías, situaciones e historias, así como apoyarse en los avances tecnológicos para darles un twist de autenticidad, ha sido un éxito de la mercadotecnia con muy pocas fallas. Adicionalmente, al incluir en la fórmula las redes sociales, la información se viraliza, se comparte y se genera aún más expectativa, comunidades, conversaciones y emoción entre ellas.

La nostalgia es la fórmula detrás de la película de Mario Bros, Sonic, o La Sirenita, de series como Merlina, Stranger Things; o del auge de Pokemon Go y consolas de videojuegos, y este sentimiento se contagia a las nuevas generaciones, que viven estos lanzamientos como nuevos, pero alentados por la emoción de los padres, tíos y adultos que los rodean.

No es nuevo que las marcas utilizan los sentimientos para llegar a sus consumidores y esta fórmula está resultando exitosa pues la nostalgia está presente en todos y nos hace recordar lo que hemos vivido, nos conecta con lo que fuimos, con nuestro pasado más deseable o nuestra infancia y al mismo tiempo nos vincula con comunidades, con otros como nosotros, que también fueron niños y disfrutaban de ello.

La decisión de su consumir o no estos productos es de cada quién, lo que es un hecho es que son momentos de disfrute para chicos y grandes y que están siendo un interesante puente entre generaciones, creando contenido, conversaciones y, en la mayoría de los casos, alegría.