Cleopatra y la mascarilla de oro ¡Un lujo para tu piel!

En el Antiguo Egipto el oro no solo se empleaba para representar a los dioses y a la realeza también se utilizaba en la estética. Se dice que uno de los secretos de la reina Cleopatra era dormir con una mascarilla de oro para conservar su piel joven y radiante.

En la actualidad, el oro además de ser empleado para crear objetos, es un ingrediente importante del maquillaje y tratamientos rejuvenecedores como son las mascarillas faciales con oro. Este metal además de ser precioso, tiene propiedades valiosas para la cosmética. ¿Difícil de creer, no?

Así es, el oro es un antioxidante cuyo efecto rejuvenecedor es capaz de combatir las arrugas, manchas, líneas de expresión y los signos del paso del tiempo como la flacidez y perdida de luminosidad. También contiene propiedades antialérgicas y antiinflamatorias, restaura el colágeno lo que fortalece la estructura de la piel y de esta manera aporta firmeza y brillo. Al ser rico en oligoelementos el oro proporciona a la piel un aspecto radiante e hidratado.

Las máscaras de oro son ideales para quienes presentan signos de cansancio en el rostro, especialmente después de los 40. La percepción de un rostro más tonificado y humectado es instantánea. Otorga más vida a la piel, con lo que se observa una restauración absoluta.

Por lo general se recomienda, después de aplicarse una mascarilla de oro, no exponerse al sol y no solamente esto sino utilizar un protector solar factor 30 como mínimo para optimizar al máximo los resultados.

Estos son los beneficios que las mascarillas traen consigo:

• Nutre y revitaliza la piel

• Mayor firmeza para la piel

• Otorga luminosidad al rostro

• Refuerza la barrera protectora cutánea

• Efecto anti-edad y disminución de ojeras

• Estimula la microcirculación sanguínea y celular

Por lo anterior, las mascarillas de oro son una muy buena opción a la hora de los tratamientos faciales de belleza. Y, conocidas sus múltiples bondades, ¿te animas a utilizarla?