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¿Manipuladora yo? ¿Verdad que no lo soy?


¿Manipuladora yo?

Identificar que todos hemos sido manipuladores y manipulados, es un acto de reflexión profunda y autoconocimiento, además de estar dispuestos a aceptar que somos susceptibles a cometer errores. Pero, ¿qué pasa cuando este error se convierte en una forma de vida?


Somos expertos en identificar rasgos manipuladores en alguien más, pero en nosotros mismos no los queremos ver, pues quién quiere ser tóxico. Es importante no confundir la convicción con la manipulación, la primera atiende a actos honestos y sin malicia para conseguir el objetivo, en cambio la segunda se rige por el chantaje, el manejo de sentimientos de otras personas, aún en contra de su voluntad. Un caso muy claro lo podemos ver en el trabajo / escuela, cuando una persona con convicciones fuertes, está decidido a obtener una promoción laboral o acreditar una materia, sus acciones deberán enfocarse a la preparación y compromiso, emprenderá actividades en donde el esfuerzo y trabajo propio serán los motivos por lo que se logre el éxito. En cambio, un manipulador se orilla a presionar a que alguien ajeno contribuya de manera exponencial a la consecución del objetivo, ya sea a través de presión psicológica, emocional.


Revisa estas acciones que pueden liberarte:


1. No asumen responsabilidad de las equivocaciones.

Si se trata de aceptar errores, mejor no te desgastes, siempre van a buscar evadir esta situación, sin importar a quién se lleven entre sus garras. Sin embargo, sí tomarán ventaja de este punto para evidenciar su alta capacidad para resolver errores que ellos no cometieron.


2. El drama es su forma de vida.

Son protagonistas de la novela, el mundo gira y conspira para que pueda sufrir arduamente o bien llamar la atención, es el clásico amigo a quien le pasan cosas horribles e increíbles, peor que a ti y que a cualquier ser de este planeta. Si tu tienes dolor de cabeza, él tiene daño cerebral por una migraña.


3. Tergiversa tus palabras.

Cuidado con lo que dices y cómo lo dices, puede ser deformado y usado en tu contra, haciendo dudar de tu cordura y dejando en buen papel al chantajista.


4. Son expertos en mentir.

Y lo hacen con una facilidad y capacidad de convencimiento que bien podríamos creer que el mundo es plano, si ellos lo dicen.


5. Son contaminantes sociales.

Donde se paran algo va a hacer chispas, enemistan, causan problemas entre las demás personas, jamás con ellos; pues son los buenos del cuento.


6. Debilitan tu confianza.

Crear confusión, temor, culpa o indecisiones son habilidades que domina a la perfección, todo es a través de la desmoralización.


Un amigo, familiar o pareja puede ser un manipulador, sólo debes identificar que el título no es lo importante, sino cómo te sientes cuando interactúas con él. La culpa, inferioridad, tristeza y duda sobre ti mismo, no deben ser una constante, todos somos capaces de diferentes formas, vacúnate contra este mal y toma distancia suficiente para mantenerte feliz, manejando tu propia vida.


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