EL SECRETO DE LA FELICIDAD
Lectoras de mi vida y de mi amors, la felicidad es un tema difícil, complicado, apasionado, complejo, de repercusiones, de sentimientos bellos, puros, de entripados, que no se borran, que no se olvidan, que nos lastiman y nos alivian. Tampoco se vende en el súper. No tiene receta mágica, no se busca como pokemón en los lugares menos pensados.
La felicidad es el resultado de las actividades que nos gusta realizar, donde te sientes cómodo, pleno, contento, seguro.
Por ello, cuando vas en tu auto o en transporte y observas a las demás personas, las ves enojadas, mal encaradas, frustradas. Y con justa razón, ¿a quién chintrolas le gusta el tránsito de esta ciudad y sus zonas con urbanas?
Pero cuando una persona tiene algún problema o situación personal, la situación cambia, por ejemplo, seguramente tendrán amigas que son una bala y que en este momento atraviesan una proceso de divorcio, duelo, separación, despido, entre hartos otros motivos para capítulos de la rosa de Guadalupe y lo que callamos las mujeres.
¿Cómo se le hace para ser feliz en esos momentos?
Ya sé… Cómo te dicen tus amiguis: Échale ganas. Ánimo, no eres la única, ni la primera ni la última. Piensa positivo. Decrétalo, el universo te va a ayudar. O no falta la amiga mística que te dice: ira, entierra un chon de él envuelto en sangre de gallina negra o colorada en la próxima luna llena y date baños de esencia de “Volverá” o de “Ese hombre es mío" y verás como regresa en tres días hábiles. ¡No frieguen!
No, hablando en serio, lo mejor es darse un tiempo contigo mismo, en un café alejado de todos tus conocidos, deja de atormentarte y asume las consecuencias de tus actos, recuerda que a toda acción corresponde una reacción, ya sea de una persona o de la vida misma. Que el futuro tampoco te atormente, evita pensar en qué va a pasar a la vuelta de la esquina, cómo evitar lo que no deseas enfrentar.
Lo mejor es ir un día a la vez, vive tu presente, busca ir cerrando ciclos, si tienes ganas de llorar, hazlo, si tienes que tirarte al piso, hazlo, pero recuerda que en algún momento tendrás que levantarte y entre más pronto mejor; porque muchos tenemos hijos y ellos son tu prioridad. Si no tienes hijos, entonces hazlo por la persona más importante TÚ.
Si tú no te ayudas, no te valoras, te aceptas, te consientes, nadie lo va hacer por ti.
De pronto contarle a un especialista lo que nos sucede ayuda a tener más claridad del piso en el que estamos pisando y hacia dónde debemos dirigirnos para encontrar de nuevo la paz y la felicidad.
Ojo, no es de un día para otro, no te desesperes, cada proceso lleva diferentes etapas y con ellas diferentes sensaciones y estados de ánimo. No te reprimas, llora, ríe, llora, ríe, hasta que tu cuerpo y tu mente asimilen lo que estás viviendo y trabajen en conjunto para volver a la plenitud. Después de eso harás lo que te gusta y poco a poco irá retoñando la felicidad de nuevo.
Por lo anterior, queridas lectoras…
Happy Just For Today.
