CHOCOTERAPIA UN DULCE BENEFICIO PARA TU CUERPO

En algunas ediciones anteriores, llegamos a hablar de los beneficios que tiene el comer chocolate, pero en esta ocasión nos permitiremos dar un giro, pues, aunque no lo crean, este delicioso placer de cacao no sólo sirve para el consumo, si no que también es buenísimo para la piel.

Ahora lo podemos encontrar en algunos productos de belleza, como exfoliantes, cremas, mascarillas y jabones. Aunque no es único de este campo, pues también se pueden disfrutar de masajes y depilación con cera y chocolate.

El chocolate negro o amargo es el favorito por excelencia, mientras menos azúcar contenga mejor será para nuestra piel, gracias a su gran contenido de cacao.

Si es amargo, cuenta con una gran cantidad de antioxidantes, de hecho, es uno de los alimentos que más los contienen, ayudando a prevenir el envejecimiento, mejora el tono de la piel, suavizar las arrugas y ayuda a la circulación. Es un buen hidratante, dejando un rostro suave y terso. Pero no se limita ahí, ya que en algunos servicios pueden ofrecerte las mascarillas para todo el cuerpo.

Pero su principal beneficio es el combatir la inflamación de la piel, por eso, suele recomendarse para aquellas personas que sufren de irritación o inflamación en la dermis, como aquellos que sufren de acné.

También puedes usarlo como mascarilla para el cabello, que le dará un brillo natural y mejorará el cuero cabelludo.

En el caso de los masajes, es bueno para la celulitis, la resequedad, manchas de piel, y en algunos casos, puede funcionar para la artritis o artrosis.

La depilación con cera y chocolate es algo relativamente nuevo, y consta de diversas ventajas, pues, al ser un hidratante no reseca la piel y a la par, la nutre. Por otra parte, no se adhiere tanto a la dermis, volviéndose un método más fácil de manipular, es por eso que se recomienda para las zonas íntimas o aquellas que son dolorosas o tienden a irritarse.

Además, la manteca de cacao suele usarse como base para la elaboración de cosméticos como labiales, jabones y cremas, previniendo que el producto se ponga rancio rápidamente y se conserve por un mayor tiempo.