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DILE HOLA AL 3er PISO Y A LA CRISIS DE LOS 30s


Crecer duele. No importa en qué momento de tu vida estés, te puedo prometer que no vas a dejar de crecer; quizás te vuelvas más sabio e inteligente al procesar los cambios, pero igual puede ser muy complicado. Cada uno tiene un ritmo propio y podemos tener la misma edad y estar en etapas completamente diferentes en nuestra vida. Sin embargo, al parecer hay una constante en la vida de todas: la crisis de los 30.


Yo estoy a 3 años de subir al tercer escalón de décadas de la vida y creo que es momento de desmitificar esta temida crisis. Si tú ya pasaste por ahí mándanos un mensaje en Facebook o Instagram o un correo y cuéntanos(me) qué fue lo más difícil o al contrario, cuál fue la mejor parte de cumplir 30, ¿si pudieras volver, qué te dirías a ti misma antes de pisar ese escalón?


La crisis de los 30 tiene un factor cultural muy fuerte, pues la sociedad tiende a imponernos metas y expectativas que tienen que estar cumplidas antes de esta edad. Quehaceres, boda, hijos, que si el dichoso reloj biológico, que si el puesto importante en la empresa o el negocio propio… en fin, la presión en las reuniones sociales no se hace esperar. Y con esto, los 20s son la edad más deseada.

Cuando vives tus 20s tienes toda la ilusión por lo nuevo, terminar la carrera, cerrar tu ciclo de aprendizaje escolar y celebrarlo, adentrarte en el mundo laboral, descubrirlo, gastar tus quincenas, ganar independencia. Y es como si a los 30 ese contrato de diversión y novedad terminara para instalarte en una rutina, en la estabilidad y la planeación de tus últimos años de vida. ¿Qué genera esto? Miedo y desprecio.


Pero vivir a través de todos los “ya debiste haber hecho” no es nada funcional. A veces medimos el éxito a través de bienes materiales y ésta no es tampoco una práctica que debamos replicar. No se trata de tener más cosas, de coleccionar electrodomésticos ni muebles. Más allá de eso ten en mente la vida que quieres construir y que has construido desde tu adolescencia.


Hace poco le preguntaba a una amiga cuándo empezó a ser adulto y me dijo que por ahí de los 19. Alguien más contestó que a partir de los 23, tras un duelo que marcó su vida. Yo siento que a mis 27 apenas estoy dando ese paso. Nuestras historias no tienen que ser las mismas. Y no tenemos que sufrir nuestra edad sólo porque miles de películas y todos los miembros de nuestra familia nos lo dicen.


Si cumples 30 años y aún no encuentras tu lugar en el mundo, no te preocupes. Tienes otros 50 años para averiguarlo. Quizás tenías en mente que a los 30 ya habrías conocido al amor de tu vida y aún no lo has hecho y está bien, no pasa nada. Quizás te has dado cuenta que no eres feliz en el lugar en el que estás y es momento de un cambio. Nunca es demasiado tarde ni demasiado temprano para volver a empezar.


Cuando sientas que viene una crisis, tómate un respiro y agradece todo lo que tienes y has vivido. Enfócate en lo que sí es en lugar de lo que no ha pasado. Si quieres que tu felicidad esté en el futuro tienes que dejar de visualizarla lejos y empezar a aceptarla y crearla en el hoy. Todo va a estar bien. Todo pasa.

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