Masaje Kobido: El lifting facial japonés
- Angelica Santos

- hace 12 horas
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Cuando se trata de la piel, hay muchas opciones para darle el cuidado perfecto. Desde tu rutina de skincare, inyectables y productos para mejorar su apariencia. Pero hay un tema del que casi no hemos hablado: los masajes.

El Kobido es una terapia que ha ganado popularidad, conocida como una técnica de rejuvenecimiento y lifting facial. Este es un masaje con años de existencia que nació en Japón. Su nombre proviene de la palabra japonesa kobido, que significa “antiguo camino de la belleza”.
Al principio, formaba parte de la rutina para aliviar dolores, pero poco a poco se observaron sus efectos en la piel, logrando una pronta recuperación, además de verse más lisa y radiante.
Sus técnicas de medicina tradicional y sus excelentes resultados lo han convertido en una tendencia que no solo promete una piel radiante, sino también bienestar. Trabaja 16 músculos faciales y del cuello en 47 movimientos de percusión rápida, drenaje linfático y digito presión con las manos y otras herramientas, como rodillos y aceites esenciales, estirando y aplicando presión en puntos específicos del rostro para estimular los fibroblastos (células del tejido que producen colágeno y elastina).

Un masaje puede durar entre 60 y 90 minutos, y además de exfoliar la piel, se obtienen más beneficios, entre los cuales se encuentran:
Mejorar tu piel: Le da una apariencia más tersa y reafirmada, aporta brillo y luminosidad, aparte de eliminar las imperfecciones, dejando un aspecto más saludable y radiante.
Retrasar el envejecimiento: Con sus movimientos, promueve la circulación sanguínea y elimina impurezas y toxinas, favoreciendo la producción de colágeno y elastina.
Combatir el estrés: Este masaje es fantástico para la relajación, aclarar la mente y manejar la ansiedad.
Tonificar los músculos del rostro: Gracias a sus movimientos, es conocido como un “gimnasio pasivo” que previene la flacidez.

Puedes realizarlo las veces que desees, pero te sugerimos no hacerlo más de una vez a la semana, ya que entre sus pasos se encuentra la exfoliación y este proceso puede dañar la piel si se realiza con demasiada frecuencia. Recuerda hablar previamente con el terapeuta para explicarle los puntos de interés que puedas tener y que se adapte a tus necesidades.





























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