EL ABC DE LOS LIP FILLERS

¿Alguna vez has considerado ponerte rellenos en los labios? ¿Te ha dado curiosidad el procedimiento? No lo voy a negar, a mí sí. Y si tus dudas son tan grandes como las mías, es momento de que dejemos todo claro para que veamos si son o no lo indicado para ti.

La técnica de aumentar los labios no es nueva y se ha realizado de varias formas, principalmente con cirugías e implantes. Pero, cuando los rellenos sin cirugía se hicieron famosos gracias a las celebridades, entre ellas Kylie Jenner, Megan Fox y Lindsay Lohan, dominaron el mercado no sólo por su popularidad, sino también por ser menos invasivos y más prácticos, volviéndose los favoritos de muchos.

¿Cómo funcionan?

Los rellenos se hacen con colágeno, o ácido hialurónico, siendo esta última la más utilizada en la actualidad por las clínicas de belleza, pues es una solución que se encuentra de forma natural en nuestra piel y ayuda a reafirmar nuestro rostro, mientras más jóvenes somos más la producimos, pero, con la edad, va disminuyendo. Esto les da un aspecto a nuestros labios de humectación, mayor volumen y una apariencia joven.

Además de estos beneficios, su efecto es inmediato y suele durar entre 6 meses y un año aproximadamente. Es un proceso muy sencillo y después de realizarlo por primera vez es muy raro que no quieras mantenerlo.

¿Cómo hacerlo?

Primero que nada, y como siempre recomendamos, debemos asegurarnos de que el tratamiento se realizará por un dermatólogo certificado con experiencia. No olvides que es un procedimiento médico y debe cuidarse todos los detalles.

Al agendar tu cita de valoración, siempre habla de tus deseos con el médico para que ambos puedan quedar satisfechos con lo que quieres, tanto en el volumen como en las dudas que puedan surgir. Al principio sugerimos iniciar con una cantidad baja. De esta forma te aseguras de que sea seguro y no haya ningún efecto adverso.

Existen algunos efectos secundarios, como el picor, sensación de ardor, inflamación o moretones. Si tienes alguno no te preocupes, tardarán unos 14 días en desaparecer, pero si las molestias siguen, no dudes contactar con tu médico.