Encuentra tu ikigai y descubre el sentido de tu vida
En la cultura japonesa, el concepto de ikigai se refiere a todo aquello que da sentido a nuestra existencia en el mundo, impulsándonos a actuar y vivir según nuestro propósito de vida.
Aunque no es sinónimo de felicidad, comprenderlo nos acerca a ella y nos permite afrontar el futuro con esperanza, convencidos de que estamos cumpliendo nuestra misión en el mundo. El ikigai está vinculado con la autorrealización, siendo algo intrínseco; nuestras acciones no son impuestas, sino realizadas con gusto y satisfacción.
Además, este sentido de vida también tiene un componente extrínseco, relacionado con nuestra ocupación y entorno laboral, conectado con el mundo en el que nos desenvolvemos.
Identificar nuestro propósito de vida es importante para poder llevarlo a cabo y alcanzar la plenitud. Además, nuestro Ikigai puede cambiar a lo largo del camino, lo que requiere autorrealización y compromiso.
Identifica tu Ikigai.
Se trata de la intersección entre cuatro elementos:
1. Lo que amas: se refiere a tus pasiones y lo que te hace feliz
2. En lo que eres bueno: las habilidades y talentos que tienes.
3. Una profesión o vocación: algo que te permita recibir una compensación.
4. Lo que el mundo necesita: la manera en que puedes contribuir al bienestar de otros
Aplícalo en tu vida:
Encuentra la intersección, busca oportunidades donde puedas aplicar tus habilidades y talentos en algo valioso para otros.
Explora diferentes actividades y proyectos; aprende cosas nuevas y busca crecer.
Combina lo intrínseco y lo extrínseco, buscando el equilibrio entre lo que amas y en como puedes contribuir con el mundo.
Establece metas y propósitos claros alineados con tu ikigai, y trabaja con pasión y compromiso hacia ellos.
Fija una rutina significativa con actividades que te acerquen a tu propósito, como dedicar tiempo a la creatividad o al servicio de los demás.
Mantente consciente de los cambios, ya que el ikigai puede evolucionar con el tiempo; por lo tanto, es válido ajustar su enfoque según tus necesidades.
Recuerda que el ikigai no es una fórmula mágica, sino un proceso continuo hacia el crecimiento personal y la plenitud.
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